Hasta hoy nunca te había mirado con atención,
había visto tus ojos pero no había reparado en su color,
transparentes, frescos, los de un joven nórdico.
Te creía blanco y resulta que eras más bien del color de la canela,
desde el hocico al lomo, suave camino de ambarino asfalto,
Tienes miedo ¿y quién no?
Pretendes engañarnos aullando a la luna,
cobardica de mirada triste.
Te pierdes todo un mundo por no echarle valor:
comida,caricias y amor.
Por arrastrarte y no acercarte,
por gemir y no luchar,
por mirar sin ver.
Así te has dejado vencer.
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