No cambian las cosas si yo voy o vengo,
no mueren las rosas en un solo momento;
se tarda un suspiro, un suspiro lento,
que flota en el aire y seduce al poeta;
un suspiro lento, que sale del alma y ya nunca regresa.
Mezclamos un poco de queso de untar, (el que queráis o tengáis a mano ese momento), con unas nueces picaditas. Untamos con esa mezcla una tostada de pan y decoramos con una rodaja de kiwi y una nuez.
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