Siempre corriendo,
siempre con prisas
hacia ninguna parte,
siempre extendiendo
las manos hacia delante,
esperando tocar el
viento.
No llego, no alcanzo
a ver tu rostro al
pasar.
Siempre ocupada,
siempre estresada...
Ciega.
Esos árboles que
pasan ,¡si hablaran!
Suelto mis ataduras pero
en vano
me rebelo contra todo.
A nadie importa ya
que el horizonte
esté siempre lejano.
Fútil intento el de
parar y observar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario