Tendemos puentes que no se pueden cruzar,
abrimos puertas que no se traspasan,
vano intento de vestir con inocencia
nuestra infinita crueldad.
Decimos y no hacemos, pensamos y callamos,
mentimos al hablar y herimos al callar,
si nos movemos es por inercia, nunca por llegar
no amamos porque queremos sino por querer amar.
Y la insatisfacción nos invade.
Y aún preguntamos ¿por qué? ¿por qué?
Una lágrima es un sueño roto, un corazón solo.
Y a pesar de dar las gracias y ofrecer la mano,
la soledad es emboscada, no hay salida ni triunfo.
¿Qué esperar de la vida si es robada?
¿Por qué temer al descanso, bendito descanso?
(06/02/08)
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