Pato cojo
Durante el final de
su segundo mandato el presidente de los Estados Unidos es conocido entre la
opinión publicada como "el pato cojo" ("lame duck"). Puesto
que la Constitución americana les impone una limitación de ocho años en el
mando, el nombre hace referencia a la evidente perdida de poder e influencia
que sufren, ya que el resto de políticos se reorientan en función de los
intereses de los previsibles sucesores. Pensemos en esos cargos que han
anunciado su marcha o bien que están próximos a la jubilación y tendremos una
imagen clara de una situación en la que puede que no se tomen medidas claras, se
tomen a la ligera, sin planificación, o incluso existan niveles importantes de desidia.
El efecto Pigmalion
Robert
Merton calificó con tal nombre las consecuencias que generan sobre el
comportamiento de una persona las expectativas y las creencias que tenemos
de la misma: si creemos que esa persona va a triunfar, triunfará. Y también
funciona a la inversa, como condicionante negativo. Este efecto está relacionado con la profecía
que se cumple a sí misma (complejo de Moctezuma).
Robert Rosenthal y Lenore Jacobson estudiaron el efecto Pigmalión precisamente desde
la perspectiva de la teoría de la profecía autorrealizada.
En 1966, estos dos investigadores, llevaron a cabo un
experimento consistente en practicar una prueba de inteligencia a niños de los
cursos primero a sexto con el falso nombre de “Test de Harvard de Adquisición
Conjugada”. Dijeron que la prueba era indicativa de la capacidad intelectual
naciente o “acelerón”, cuando, en realidad la prueba sólo medía algunas
aptitudes no verbales. A los maestros se les dijo que era de esperar que los
alumnos que obtuvieran buenos resultados en el test tendrían avances sin
precedentes en el transcurso del siguiente año. Lo cierto es que las pruebas no
podían predecir tal cosa.
Ocho meses después el grupo del “acelerón” había
avanzado intelectualmente más que el resto y el cociente intelectual de los
componentes del grupo del “acelerón” había aumentado significativamente, sobre
todo los de primer y segundo curso. Había una asociación entre la expectativa
del profesor y el rendimiento del alumno.
Si un empleado recibe la continua aceptación
de su jefe, es muy posible que aquél exhiba un alto desempeño en sus funciones
y por tanto su rendimiento sea más alto, a la vez que efectivo. Si por el
contrario, sus capacidades son siempre cuestionadas por parte del superior, la
actitud indiferente y desmotivación por parte del subordinado irán aumentando,
lo que incuestionablemente conllevará una disminución de la cantidad y calidad
de su trabajo.
Síndrome de Ulises
o del inmigrante
Vinculado a la emigración, hecho que puede
suponer un cambio radical, en cuanto a cultura, idioma y en muchos casos
incluso valores de la sociedad. Recordemos que Ulises es el eterno viajero
lejos de su hogar.
Los fenómenos psicológicos que se dan cuando
emigramos tienen estrecha relación con lo que dejamos atrás: antes de la salida la persona puede sentir:
sentimiento de pérdida de identidad (sobre todo cuando se está muy ligado al
lugar de origen), sentimiento de culpabilidad por irse (dejando atrás personas
muy cercanas), un posible sentimiento de fracaso o de verse de forma negativa
si se compara con las personas que se quedan, y por último puede sentir temor a
un futuro retorno, pensando que posiblemente pierda el contacto y la relación
con sus seres queridos. Todo ello puede derivar en estrés crónico.
Burnout
Es considerado por la Organización Mundial de
la Salud como una enfermedad laboral que provoca detrimento en la salud física
y mental de los individuos.
En 1974
Herbert Freudenberger introdujo el concepto describiéndolo como una “sensación
de fracaso y una existencia agotada o gastada que resultaba de una sobrecarga
por exigencias de energías, recursos personales o fuerza espiritual del
trabajador”.
Es la
consecuencia directa de un estrés crónico. Se manifiesta con la sensación de
cansancio emocional y una profunda desmotivación. Es decir, el trabajador está
“quemado”… no puede más. Se da principalmente en profesiones muy relacionadas
con personas (enseñanza, medicina…)
Mobbing
Actuaciones hostiles verbales o físicas hacia una persona de una forma continuada y durante un
periodo de tiempo amplio (mayor a seis meses). Este hecho atenta contra la
salud y el equilibrio psicológico de la persona, bien sea a través de insultos,
faltas de respeto, acoso sexual, aislamiento o obstáculos a sus intentos de
comunicarse, descrédito profesional, atacar su estilo de vida privado o cualidades
físicas o psíquicas.
1. Mobbing entre compañeros: Esta situación se suele dar por la falta de habilidades
y competencias sociales por parte de los mandos para resolver estos conflictos
de relaciones humanas y acaba cronificándose.
2. Superior agredido por un
subordinado: Habitualmente se suele dar por rechazo
de un grupo de trabajo a un nuevo jefe, bien por venir de fuera con estilos de
liderazgo no admitidos, bien por ser de dentro y considerar injusta su elección,
o existir antipatías previas. Lo habitual es que la dirección sólo presione
para que el jefe se imponga y no para que los empleados cambien de
actitud.
3. Subordinado agredido por un
superior: Es el hecho más frecuente en el
entorno laboral. Cuenta con el consentimiento de la dirección o el entorno al
no darle importancia al hecho o "no darse cuenta” de lo que está pasando.
Bergerac: síndrome de baja
autoestima del trabajador
Este padecimiento alude al personaje, cuya nariz (tan
grande como su talento) le obligó a ceder sus dotes poéticas a otro más audaz
en el arte de la conquista femenina.
Se trata de trabajadores talentosos, cuya baja autoestima les impide proponer
sus ideas. Mantienen un perfil bajo, lo que a la larga produce frustración.
Síndrome de Estocolmo laboral
El síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en
el que la víctima de un secuestro, desarrolla una relación de complicidad y empatía con su secuestrador.
En el ámbito laboral, se trata de colaboradores que se identifican
emocionalmente con empresas que les ofrecen condiciones inadecuadas de trabajo,
maltrato psicológico e incluso físico. Prefieren mantener ese estado de
angustia y opresión, que buscar otro empleo.
El Síndrome de Münchausen
Es un trastorno psiquiátrico que se
caracteriza por inventar dolencias para asumir el papel de enfermo. El paciente
lo hace con síntomas físicos o psicológicos fingidos o producidos
intencionadamente.
En el ámbito laboral, se refiere a
colaboradores que intencionadamente simulan enfermedades y fabrican falsas evidencias,
con el objetivo de que les sean practicados tratamientos médicos o quirúrgicos
innecesarios. Es un trastorno psicológico provocado por la resistencia a
asistir al trabajo.
Karioshi: trabajar hasta la
muerte
Aunque su origen es japonés, se estima que cobra alrededor de 20,000 vidas al
año en todo el mundo. Se trata de un fenómeno
social en el ambiente laboral que existe desde hace varias décadas en Japón, y que consiste en un
aumento de la tasa de mortalidad por complicaciones debidas al exceso de horas
de trabajo, en concreto hemorragias cerebrales y/o trombosis y ataques cardiacos.
El
Ministerio de Sanidad de Japón reconoció este fenómeno en 1987.
Síndrome de fatiga informativa (tecnoestrés)
Las nuevas tecnologías, que tantas ventajas suponen, crean también trastornos
psicológicos específicos, ya sea por abuso, por miedo o inseguridad:
- cuando se tiene dificultad de adaptarse al uso de nuevas
tecnologías en el trabajo, lo que puede desencadenar en una auténtica
tecnofobia. Cuando una persona se "tecnoestresa" mucho puede
llegar a volverse tecnófoba, y pasar a rechazar de plano las nuevas
tecnologías, incluso instrumentos tan comunes como los móviles.
- cuando se tiene mucha facilidad de adaptarse a la nueva
tecnología, por lo que se le dedica mucho tiempo a los medios electrónicos,
descuidando las responsabilidades laborales, aquí entramos en el terreno de las
tecnoadicciones.
En ambos casos, se sufre estrés, lo que resta productividad.
Adicción al trabajo
El trabajo es nuestra
fuente más habitual de ingresos pero también posee otras características que
influyen en la salud mental de las personas: estructura el tiempo diario, nos
permite desarrollar determinado nivel de actividad, nos proporciona relaciones
sociales y un sentido de la utilidad.
Es bastante evidente que necesitamos
trabajar no solo para mantener nuestro nivel de vida sino también para mantener
un nivel de autoestima. La sociedad actual influye con fuerza potenciando en
muchos individuos una progresiva mayor dedicación al trabajo en aras a aumentar
cualquiera de estos dos niveles: o bien los ingresos y poder así incrementar
también el nivel de consumo o bien la autoestima, cuando ésta termina
midiéndose únicamente en base al puesto de trabajo o a la consecución de un
determinado “status”, a veces ficticio, en la jerarquía laboral. Todo ello
conlleva a una peligrosa reducción del tiempo libre o de ocio con la
consecuente pérdida de calidad en el ámbito de las relaciones personales,
especialmente las familiares. Por otro lado, la competitividad de un mercado
cada vez más globalizado y el uso cada vez mayor de las tecnologías de la
comunicación y la información hacen que se pueda trabajar desde cualquier lugar
y en cualquier momento provocando la total “disponibilidad” laboral del
trabajador.
Es en este contexto donde se puede dar un trastorno psicológico que se
caracteriza básicamente por una pérdida de control sobre la actividad desarrollada
en el trabajo: la adicción al trabajo.