Una de las cosas más ingratas de volver al curro tras las vacaciones: el odiado tupper.
No queda más remedio, así que hay que tomárselo con humor, sabor y también, cómo no, con "color".
La tarde de domingo es un buen momento para cocinar, repartir en tuppers y llenar el congelador. Así, con un poco de organización, puedo conseguir no tener que cocinar todos los días de la semana.
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