Cada época suele tener sus productos estrella. Con el otoño, llega la calabaza, un producto muy preciado por su versatilidad: a la plancha, en purés o cremas, en conserva, en postres..., incluso como decoración, ahí tenemos la de Halloween o esas pequeñas calabacitas decorativas como la de la foto.
O como en el caso de hoy, una riquísima mermelada de calabaza, en mi opinión mucho más rica que las típicas de frutas.
Ingredientes:
La misma cantidad de calabaza que de azúcar. (También puede ser un poco menos)
Preparación:
Cortamos la calabaza en dados y la ponemos a cocer con el azúcar en una cazuela alta, a fuego lento. Debemos remover continuamente hasta que la calabaza se vaya deshaciendo y adquiriendo la textura de una mermelada o confitura. La podemos dejar tal cuál o pasarle la batidora para tener una textura más lisa y sin ningún grumo.
Llenamos los botes, los cerramos bien y los los ponemos a cocer en una cazuela con agua unos 10-12 minutos. De este modo tendremos mermelada durante meses.
Ya sólo ese bonito color es un placer para los sentidos.
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