Ya lo he dicho, pero no me importa repetirme: me encanta trabajar con servilletas de colores. Ver que con algo tan sencillo como papel y cola, puedo transformar cualquier objeto, me flipa.
Hoy le ha tocado el turno a otra lata de galletas. Me gustan los envases metálicos de diferentes tipos de dulces o galletas pero no soporto mantener las marcas comerciales impresas. Si conservo los envases, siempre tengo que hacer algo para taparlas.
Esta la voy a usar para meter cada noche esa calderilla que te pesa en la cartera. A lo tonto, a lo tonto, siempre se acaba juntando para algún caprichito...
¡Ah! No os olvidéis de barnizar para rematar el trabajo como es debido. Protege, endurece y le da el acabado final .
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