Toallas con puntilla de corazones

Me encanta aprovechar los restos que van quedando tras la realización de otros trabajos. Es como cerrar el círulo, dejar el stock a cero.

Con un poco de puntilla he aprovechado para darle un toque diferente a un par de toallas. En apenas cinco minutos tienes toallas nuevas.

Cojines en verde

Algo me pasa con el verde últimamente, que todo me tiende a ese color. En esta ocasión estos almohadones hechos con retales.

Manteles individuales con bolsillo para cubiertos y personalizados

¿Qué os parece este regalo para mis sobrinos? Con cinco,cuatro y dos años, ya comen solos y tener su propio mantel les hace ilusión. El detalle del bolsillito les ha encantado.

Joyeros de cartón

Eran unos estuches de pinturas infantiles y ahora son unos joyeros de lo más cucos.

A uno le he forrado la tapa con tela y lo he ribeteado con un piquillo verde. El otro lo he pintado de verde y la tapa la he forrado con papel que he encolado y barnizado.

Manteles individuales

Para aprovechar unos retales antiguos, he confeccionado estos mantelitos individuales.

Con mucho corazón

Algo tiene que significar que cuando vayas a desayunar, la rebanada de pan te de los buenos días con un corazón casi perfecto. Y si después abres un yogur y en la tapa encuentras otro, ¿qué pensar? Pues eso, que hoy tiene que ser un gran día.

Guindillas

Estas miniaturas tan graciosas y en forma de tulipán son guindillas, de una clase especial que yo no conocía. Nos las han regalado unos conocidos y estamos esperando a que se sequen.

Panera

Para esta panera he reciclado una vieja cesta de juguete. He utilizado trapillo, tela de cuadros para el interior y restos de un entredós.

Mantita para cuna

Tras unas semanas en las que el trabajo en la oficina me ha absorbido completamente, por fin he sacado de nuevo la máquina de coser y me he puesto a hacer "cositas". El invierno se aproxima y necesito estar ocupada con proyectos que nada tengan que ver con la rutina del día a día.

Rollito mixto sobre guacamole

El pintxo fácil de esta semana lleva una tostada de pan de espelta (un descubrimiento reciente que me tiene loca) untado con guacamole (ver aquí la receta) y cubierto con un rollito de jamón york y queso pasado por la plancha.

Sólo tolerada

Duele el engaño

pero más duele la ignorancia.

En realidad yo no era nadie.

Tonta, eso sí lo fui;

y ciega, porque no alcancé a ver

que mi presencia no llenaba ningún hueco,

que yo era tolerada, pero no deseada.

Nombres, muchos, y ninguno me pertenecía.

Casas, familias,

todas ajenas, nunca hubo nada mío,

nada en qué posar mis ojos y resguardarme del frío.

Nada.                     

Sueños que al despertar duelen,

mentiras que entristecen.

¿qué tonta he sido, qué idiota!

A nadie importaba mi nombre,

nadie me echaba de menos.