Líneas rectas de ladrillo y cristal,
paralelas –también las vidas- separadas por un marco.
Desde este punto de vista se yergue impasible parte
de mi pasado,
he ahí mi perspectiva, ignorado paisaje mutante que
hoy me atrapa.
Hace un minuto amenazaba la nieve pero
tras el cielo gris sólo se escondía lluvia fina de
gotas sin peso.
La luz se va a pagando y las líneas intercambian sus
sombras,
ni una curva a la vista.
¡Qué extrañas estas ganas de dibujar!
Detrás del cristal hay ladrillo mojado,
aquí, un sofá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario