Nada como empezar la jornada con un cholate bien caliente y unos churros caseros.
Prepararlos es muy sencillo, sólo hay que poner a calentar un vaso de agua con sal y una cucharadita de mantequilla. Cuando esté hirviendo, sacamos del fuego y añadimos de golpe un vaso de harina.
Volvemos a poner al fuego (lento) y revolvemos con energía y una espátula de madera hasta tener una masa que se separa de las paredes.
Rellenamos la churrera o si no tenéis, una manga pastelera y vamos formando los churros que freiremos en aceite abundante y muy caliente.
Según se vayan sacando de la sartén, los ponemos a escurrir en papel absorbente.
Ya sólo queda ser generosos espolvoreando azúcar, ¡¡y a disfrutar!!
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