El
eco de un latido solitario se convierte en la primera nota de una canción.
Como
una gota horadando la piedra, así son los pequeños actos de amor.
Las
sonrisas son soles y transforman la noche en día,
las
palabras son caricias que me recuerdan
que estoy viva.
De
las semillas más pequeñas nacen las más bellas flores,
pero
si vives de ilusiones, morirás de decepciones.
Poco
a poco, paso a paso, de lo más pequeño a lo más grande, es el único modo.
De
lo contrario, el cansancio es un riesgo que termina en nada.
Sólo
los mejores pueden conmover a los más grandes,
sólo
los puros no esperan nada y lo obtienen todo.
Porque
de los regalos pequeños surge el agradecimiento más grande,
para
cambiar el mundo, una mirada cercana, es lo único que hace falta.
Los
suspiros se han convertido en tornados. Suspiremos pues.
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