Entre
el ruido, la algarabía y el follón,
mi
silencio protege al corazón
Entre
el aburrimiento y la aflicción,
por
la desidia se decanta mi razón.
Tantas
voces.
Voces
que como cuerdas
tiran
en direcciones opuestas.
Quisiera
poder desplegar una crisálida a mi alrededor,
un
campo de fuerza que invisible me aislara del exterior,
pero
he de conformarme con una huida hacia el interior.
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