No cambian las cosas si yo voy o vengo,
no mueren las rosas en un solo momento;
se tarda un suspiro, un suspiro lento,
que flota en el aire y seduce al poeta;
un suspiro lento, que sale del alma y ya nunca regresa.
Aquí estoy, reciclando bufandas viejas para no tirarlas. Como el tejido es elástico, no he tenido que hacer gran cosa, salvo meter el cojín-relleno dentro, estirar y poner un botón para rematar.
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