No
más conversaciones utilitarias,
no
más palabras llenas de intención
ni
ruedas empujadas por el interés.
Mejor
callada que utilizada.
No
más sentimientos equivocados.
Mejor
sola que mal acompañada.
Este
entorno hostil cargado de silencios
me
engaña si no estoy alerta y bajo la guardia.
El
eco de mis palabras rebota en oídos taponados,
mis
preguntas bailan suspendidas en el aire
hasta
que corto el hilo que las sujeta y flotando llegan al suelo.
No
más charlas de ascensor,
no
me importa si llueve o hace calor
Mejor
maleducada que ninguneada.
Si
no hay interés, ¿Por qué interesarme?
Si
no hay corazón, ¿por qué molestarme?
Se
acabó.
Este
rincón lleno de ficus que respiran y poco más
no
va a eclipsar a mi jardín interior.
Autómatas
de escritorio, eso es lo que son.
No hay comentarios:
Publicar un comentario