Mucho que temer y nada para amar: receta para el
desastre.
Hay una tormenta en mi cabeza, rayos y truenos,
lluvia y viento.
Cuando amaine y solo quede al frío intenso
podré descansar.
Solo un momento, no más, para volver a empezar.
Chirrían los dientes y siento su vibración bien adentro,
es la tensión que no consigo liberar,
pistón contra pistón, hasta que se quiebre el cráneo
.
Las ideas pesan más que las neuronas.
Siento y presiento que todo va demasiado rápido
y yo ya sólo quiero
descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario