Un recuerdo es una pluma mecida por el viento
que a veces se posa en tus pestañas
y convierte los momentos en eternos.
Realidad y fantasía se confunden en el corazón,
se escapa un suspiro y la pluma vuela para volver a
caer
una y otra
vez.
La felicidad es ahora,
el pasado no existe cuando la brisa sopla,
el futuro tampoco si el presente no acaba.
Soplas suavemente y los recuerdos bailan,
se agitan, ríen y esperan su turno para volver.
La memoria construye a veces realidades falsas
que el discurso acaba transformando en verdad.
Los recuerdos son como uvas vendimiadas al
atardecer;
se apretujan gozosas en la cesta,
dejando que se cuele por las rendijas
el dulce jugo que se perderá en la tierra.
Pero en las sombras de la noche o a plena luz del
día, no importa,
sordos,
ciegos, mudos. llenos de amor;
una sonrisa y el cielo se abre cada vez en dos.
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