miércoles, 31 de octubre de 2012

Rollitos de pizza

Estos rollitos son una versión de unos que suele hacer mi amiga RV.

Ella los prepara con hojaldre, pero yo decidí utilizar masa de pizza fresca. Hay que estirarla un poco para convertirla en cuadrada (se extiende muy bien, simplemente con las manos, al ser fresca).

Se cubre la masa con salsa de tomate y encima se pone el relleno. Yo le eché bacon, jamón de york y aceitunas rellenas de pimiento, todo bien picado. Le añadí mozzarella y orégano.

Después sólo hay que enrollar la masa y cortarla en rodajas de unos dos o tres centímetros y al horno. En unos 10 minutos estarán hechos.

Deliciosos.



De tiendas


martes, 30 de octubre de 2012

Lámpara globo

Una idea para decorar una habitación infantil con una lámpara "low cost". El globo es de Ikea, la cesta reciclada de un regalo, el osito otro regalo de hace unos años (¡gracias i.enjoy!) y la tira de flores de un disfraz de hawaiana.



sábado, 27 de octubre de 2012

Posavasos rústicos

Hace una semana hice estos sencillos posavasos con un poco de fieltro adhesivo y cordel. ¡Para la casa del pueblo irán genial! Son sencillísimos de hacer y quedan muy chulos.


miércoles, 24 de octubre de 2012

Bandeja

Tenía una bandeja negra bastante sosa y que empezaba a estar rallada por la parte de abajo. Para darle un nuevo aire la he decorado con servilletas y el resultado es el de la foto. Creo que ha quedado bastante bien.

La técnica es muy sencilla, sólo hay que buscar servilletas ilustradas con algún motivo chulo, quitarle las capas para dejar sólo la primera, que es la que tiene el dibujo, e ir poniendo trocitos sobre el motivo a "empapelar" (en mi caso la base de la bandeja), pasando por encima un pincel empapado en cola. Se pueden poner los trozos que se quieran hasta conseguir el resultado que nos guste. Una vez seco, sólo hay que barnizar un par de veces, et voilá! Bandeja nueva.



Comunidad de vecinos













domingo, 21 de octubre de 2012

Vestidos de papel en Güeñes y Sodupe

La semana pasada estuve en la localidad de Güeñes, Vizcaya. El ayuntamiento está instalado la Villa Urrutia, que fue cedida por la familia Garay-Llaguno. Villa Urrutia es una vistosa mansión de indianos en estilo afrancesado construido a principios de siglo. El palacio está rodeado por un amplio jardín de estilo inglés, con pérgola, casa para el jardinero, perrera, estanque, etc, muy bonito.

El parque de las esculturas de Güeñes, ARENATZARTE, está de momento ocupado con unas graciosas esculturas en forma de gallo que han sido pintadas por artistas vascos y diferentes centros escolares de la comarca de Enkarterri. También por otras originales esculturas. Merece la pena detenerse en cada una de ellas.









El Concurso Internacional de Vestidos de Papel siempre se celebra durante las fiestas de La Cruz de Güeñes en el mes de septiembre. Los vestidos ganadores del Concurso Internacional de Papel de Güeñes se encuentran expuestos en dos salas del parque y la entrada es libre. Según nos explicó el guía, el certamen se consiguió relanzar en el 2005 contando con la colaboración del diseñador Roberto Comas, vinculado a El Corte Inglés. Se realizó una exposición de vestidos de papel que habían concursado en ediciones anteriores.  El día del concurso, desfilaron trajes procedentes del Museo de vestidos de Papel de Mollerussa (Lleida).







Mi favorito es el de los lacitos rojos y azules. Estaba hecho con papel de empapelar. Increible.
Las prendas a "ganchillo" también eran alucinantes. Tendré que investigar cómo se puede hacer el hilo de papel.



Por otro lado, en la localidad de Sodupe se alberga también una exposición con 30 creaciones procedentes precisamente de Mollerusa, Lleida. Como nos gustó tanto la exposición de Güeñes, ayer nos acercamos a ver la de Sodupe. Mucho más impactante para mi gusto, ya que las creaciones expuestas  son reproducciones de auténticos vestidos de época.













El vestido "anticrisis" , hecho con billetes de 500 euros era divertido, junto al del homenaje al chocolate de más abajo,  pero mi favorito sin duda es el de fiesta blanco de "perlas", por supuesto hechas con papel, como todos los detalles de absolutamente todos los vestidos.









Calor y respuesta agresiva

El sociólogo francés Quêtelet formuló en 1833, la “ley térmica de la delincuencia”, según la cual los delitos fuertes son más probables en épocas de fuerte calor. En concreto, según su teoría:

  • en invierno se comete el mayor número de delitos contra la propiedad
  • los delitos contra las personas se cometen en mayor número en el verano,.
  • en la primavera tienen ocurren más delitos sexuales
Dejando aparte la reacción inicial que puede provocar esta peculiar teoría, lo cierto es que numerosos estudios parecen corroborar ciertos aspectos de la misma, en concreto la referencia a la relación entre calor y agresión. En concreto, datos de archivo sobre criminalidad en grandes ciudades americanas muestran una relación lineal entre temperatura y violencia, aunque en los estudios de laboratorio eso no está tan claro. La razón se encuentra en el efecto modulador del afecto negativo (sentimiento displacentero ante condiciones aversivas), teniendo en cuenta que si existe afecto negativo la agresión se incrementa, pero si éste sobrepasa ciertos límites, la respuesta provocada puede ser de huida en lugar de cólera y agresión.
 
Según la hipótesis clásica frustración-agresión la primera era causa de la segunda, pero en revisiones posteriores se descartó esa causación directa. La frustración puede provocar agresión pero indirectamente, mediante la activación (arousal), siendo ésta la que proporciona energía para todas las respuestas que un individuo puede dar. De todos modos, la agresión se produciría cuando se han activado predisposiciones preexistentes que inclinan al individuo hacia la misma. No vayamos a esperar ahora que en los días calurosos el caos se apodere de la calle en forma de ataques irracionales y batallas campales, como si fuera el episodio piloto de alguna astracanada americana. La agresión puede ser un simple aumento en la tendencia a las respuestas verbalmente hirientes, (¡cuidado con molestar a nuestra pareja según qué días!) o reacciones inusualmente enérgicas ante estímulos otrora neutros.
 
Hay muchos factores que incluyen sobre la activación, como el estrés, las condiciones ambientales (calor, ruido), el dolor, los ataques recibidos, o los aspectos sociocultares. Todos estos antecedentes no ejercen su influencia de manera inmediata sino a través de muchas variables moduladores. La activación fisiológica siempre interactúa con la percepción que la persona tiene de su ambiente.
 
Hay unanimidad en el hecho de que factores como la temperatura o el ruido ambientales puede provocar reacciones físicas. Actualmente se cree que no es el calor sino el aumento súbito de temperatura del ambiente lo que afecta psicológicamente a la persona y hace que se sienta más incómoda, provocando reacciones puramente fisiológicas como cansancio, cambios en la tensión arterial”. ansiedad: irritación, inquietud o dificultad para concentrarse. Lo contrario, las disminuciones de temperatura no tienen ese efecto. Pero si en lugar de temperatura, hablamos de luz solar, se observa que las personas que viven en regiones con poca luz solar, como en los países nórdicos, tienen una mayor incidencia de problemas depresivos. En teoría esas personas buscarían por ejemplo en vacaciones, lugares cálidos, pero no precisamente por su calor, sino por la luz, para sentirse mejor. El problema es que generalmente los dos factores van unidos. Sin duda, un mayor equilibrio (utópico) entre temperatura y luz generaría bienestar y felicidad a un mayor número de gente.
 
Voy a dejar a un lado el que estas reacciones en situaciones extremas puedan generar o no respuestas agresivas, ya he dicho que depende mucho del efecto modulador del afecto negativo, pero lo que es incuestionable es la existencia de respuestas fisiológicas iniciales.
 
Para los que llevamos toda una vida sufriendo los efectos del calor, y lo que es peor, la incomprensión de los que a nuestro alrededor llegan aparentemente al éxtasis cuando el termómetro pasa de 30 grados o gimen de placer mientras sudan e imitan a los lagartos exponiéndose a un sol que nunca les hace justicia, saber que existen datos científicos que dan cierto respaldo a nuestros síntomas supone un pequeño consuelo, …sin necesidad de agredir a nadie.
 
(Este post está dedicado a todos los que adoramos el otoño y no nos rasgamos las vestiduras por la llegada del invierno.)


viernes, 19 de octubre de 2012

Relato: Vitaly. Capítulo I

“Quisiera dormirme y al despertar ser otra persona”.

Con ese pensamiento se tumba en la cama y cierra los ojos. Los vuelve a abrir, consciente de que no va a servir de nada y nota de nuevo esa sensación en la boca del estómago que no la deja respirar.
Escucha. En la “sala de comidas”, alguien trajina con cacharros. Acaban de poner en funcionamiento el generador. Odia ese ruido.

Vuelve a cerrar los ojos. Tiene tantas cosas que hacer y ninguna en realidad. Tan poco tiempo y todo el tiempo del mundo. La ansiedad vuelve, pero no tan fuerte como para forzarla a levantarse. Echa un vistazo al suelo, lleno de cosas como siempre, objetos inservibles la mayoría pero que se acumulan día tras día porque nadie se atreve ya a salir, ni para deshacerse de la basura.

Suena un timbre. Ni se inmuta porque sabe que no es para ella. Esa certeza la obliga a cerrar los ojos de nuevo, esta vez para que no se le empañen las gafas. Decide cambiar de postura porque una mano se le está durmiendo y se pone más cómoda. “Por lo menos un sueñecito, para dejar de pensar”. Pero sabe que no va a poder ser.  Los otros vendrían enseguida a preguntarle si está enferma, tendría que decir que no y luego irían a contarle a los demás que se metió en la cama por aburrimiento y a ella le daría rabia porque no es cierto, no es aburrimiento, solo ganas de no estar despierta.

Por fin se decide a hacer un pequeño esfuerzo y se incorpora. Coge su diario y empieza a escribir sobre la profesora de Lengua que hace un año y en otra vida (“¿ha pasado un año?”) la suspendió por “no usar frases subordinadas”. Debería haber escrito sobre ella en su momento, pero nunca es tarde para criticar a alguien aunque ese alguien ya esté muerto y enterrado. Hay que aprovechar la inspiración del momento.

Deja un momento la escritura y levanta la vista. Comprueba que desde la cama puede mirarse en el espejo que hay en la pared. Observa un rato su boca, demasiado gruesa, su cara redonda y sus cejas, tan rebeldes; se detiene como siempre en ese bultito que le salió hace un mes en la mejilla y que aún nadie ha visto (“las ventajas de ser casi invisible”) porque está oculto con ese pelo grasiento y lacio, que nunca ha sabido cómo ponerse y que ahora no puede cortar.  No quiere pensar en eso ahora y en un arranque súbito de energía que no sabe de dónde ha venido, se levanta y se estira, para luego volver a sentarse.

Encendería la radio pero atraería la atención de los otros y últimamente tampoco le gusta ninguna canción. Y aunque le gustara alguna, ¿qué probabilidades hay de que sonara en aquél momento? Con otro impulso repentino atrapa el lápiz y el diario y escribe la frase que Eri le dijo esta mañana cuando se encontraron en el pasillo: “La sumisión más absoluta también puede conducir a la libertad total”. No sabe lo que significa, pero se lo preguntará mañana cuando se vuelvan a encontrar. Después de ese esfuerzo, vuelve a tumbarse, aunque antes coge el paquete de galletas que tiene escondido bajo el colchón.

A lo lejos se oye el sonido de las noticias en la “sala de escuchar” Hoy no quiere llorar pero le va a ser difícil. La locutora lanza palabras en voz monótona “… el número de muertos hoy….” Las palabras se atenúan un poco con el susurro de las conversaciones en la sala. Dirige la vista hacia la puerta y ve pasar a Run, una de las chicas de la sala de enfrente. Nunca ha hablado con ella porque la suele mirar por encima del hombro. “Lleva una bonita chaqueta”, piensa antes de tragar la última galleta y volver a su diario. Escribe: “Hoy no quería llorar pero he llorado”.

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