miércoles, 7 de diciembre de 2016

Lugares comunes

Esos lugares comunes a los que siempre vuelvo
son los decorados donde transcurren mis sueños.
Escurridizas localizaciones que al intentar atrapar, se desvanecen.
Un “déjà vù” tras otro, son momentos que evocan momentos y encienden
la chispa fugaz en la caverna de mi memoria.
Tanto escenario compartido…
¿Tiene sentido?
No es sólo azar, no es sólo caos.
Tal vez hay una pauta, una urdimbre que se asoma a veces,
tímida, esquiva, resbaladiza, un segundo de lucidez a veces, como una pequeña llama alumbrando algo, no se el qué.
Está ahí, al alcance de un sueño, esperando en suspenso, hasta la siguiente función:
una mesa, una silla, una habitación, a veces una casa, un prado, un camino.
El espacio es en los sueños, elástico como una goma,
moldeable como la arcilla.
Pero a pesar de los cambios, las dobleces, los estiramientos,
la esencia permanece agazapada a la espera de un reconocimiento casual,
de un recuerdo inesperado.
Cuando ocurre, siempre sorprende.
Esos lugares comunes suscitan preguntas, generan dudas.
¿Hablan de coherencia o de limitaciones?
¿Es mi mente insondable e infinita o sólo vasta pero predecible?
Pienso y pienso, hasta que me duermo.






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