sábado, 4 de agosto de 2012

Déjame conciliar el sueño de la indiferencia

Déjame conciliar el sueño de la indiferencia y no permitas que mi autoestima se resquebraje.
Deja que resuelva mi futuro sin resolverlo, y que olvide mi pasado sin olvidarlo.
Confío en que mi entereza fustigue su cobardía con el látigo cruel que mi compasión despliega….
Con la vista aún empañada por lágrimas que nunca se debieron verter,
recojo las últimas cenizas.
Todo ha acabado ya, lo que nunca debió comenzar.

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