viernes, 3 de agosto de 2012

La duda

Amargas horas nos esperan en el largo camino hacia la decadencia.
La vida fluye como un río impetuoso y creído de sí mismo,
de su fuerza y su poder,
consciente de su existencia a través de adulación externa
y sin saber, que al final el ancho mar lo
engullirá para luego ruidosamente eructar
blanca espuma en potencia,
negra de alquitrán.
Adiós a los alegres despertares
y a los sueños infinitos sin doble moral.
La triste canción se impone con un ritmo incierto y un tempo mortal.
Adiós a la Ignorancia
y a sus caminos despejados que transcurren ya sin transparencia.
En sus bordes la mala hierba crece
provista en su base de raíces muy fuertes que chupan y roban
la fresca humedad.
Su nombre: la duda.

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